lunes, 26 de septiembre de 2011

Sweetness & Delicacy capítulo 2

Título: Sweetness & Delicacy
Capítulos: 2/?
Rating: Nc-17 normalmente
Género: Romance




Capítulo 2
 
Allí había conocido a otro chico que formaba parte del harén de Ninomiya. Aiba Masaki era su nombre y era un par de años más mayor que él. Había hecho buenas migas desde el primer minuto en que se conocieron. Aiba había entendido el miedo y la vergüenza de Ohno desde el principio y le prometió ser su guía y profesor en aquel lugar. Animaba a Ohno con bromas y cualquier tontería que se le ocurriese.

-Tienes que tener cuidado con Uchida y Nakamura.- Le susurraba el mayor mientras paseaban por los pasillos del palacio mientras recibía miradas de confusión por parte del castaño.

-¿Quiénes?- Preguntó Ohno intentando seguir su paso.

-Son dos que luchan por nuestro señor.- Decía mientras asentía con la cabeza.- Intenta no contarle a nadie tus encuentros con Ninomiya-sama.- Seguían caminando de camino al comedor.- Ya te diré quienes son. Son las personas más envidiosas, celosas, ambiciosas…- Iba contando los adjetivos con los dedos.

-Pero, ¿eso qué tiene que ver conmigo, Aiba-san?- Le miró, entrando al comedor.

-Ya lo sabrás.- Tiró de Ohno, agarrándole del brazo y lo sentó en una de las mesas.- Pero tú haz lo que te he dicho, ¿está claro?- Entrecerró los ojos, mirándole y no dejó de hacerlo hasta que Ohno asintió con la cabeza.

Comenzaron a comer en un principio en silencio ya que Ohno no era capaz de preguntarle a Aiba el cómo había llegado allí ni tampoco cuál era su relación con Ninomiya. Pero aquel silencio fue roto por Aiba que soltó un ruidito de inconformidad. Ohno elevó la mirada para ver al mayor que miraba fijamente una parte de la sala, siguió a los ojos de Aiba hasta encontrarse con un joven en lo menos, hermoso. Su pelo moreno era brillante, reflejando tonos azules, sus rasgos eran finos y sus labios eran sensuales y atrayentes. Ohno sintió envidia a pesar de estar negándola interiormente, aquel chico seguro que era uno de los favoritos de su ahora señor.

-Ese es Nakamura. No te dejes engañar con su rostro angelical.-Le susurró con un poco de odio en su tono.- Es un puro demonio.- Volvió la vista a su plato y Ohno apartó la mirada del recién llegado para mirar a Aiba.

-Pero no tienen nada que envidiarme.- Le susurró el castaño, sonrojándose levemente.

-Eso dices ahora pero, voy a decirte un pequeño secreto.- Se pegó más a la mesa para acercarse un poco a Ohno que se sentaba enfrente de él.- Sakurai-san, ¿sabes quién es?- Ohno hizo un gesto de no estar muy seguro.- Es el mejor amigo de Ninomiya-sama y el jefe de su guardia.- Le explicó y le sonrió pícaramente.- Pues esta mañana me ha dicho que Ninomiya-sama estaba bastante satisfecho con su nuevo regalo.- Le guiñó el ojo y siguió comiendo.

-¿Su nuevo regalo?- Preguntaba sin entender muy bien a qué se refería.

-Su nueva adquisición, ya sabes…- Le siguió diciendo Aiba.- Me ha dicho que ayer por la noche después de vuestra interrupción no había quien pudiese con él. Estaba enfadado porque sentía deseos de probarte.- Soltó una risita.- Nunca antes había intentado acostarse con uno de sus amantes el primer día de adquirirlos.

-Y… ¿eso me hace especial? –Se sonrojó ante la afirmación de Aiba y volvió a mirar a aquel hermoso chico.

-Quien sabe… aunque sin duda, debió molestarle bastante la interrupción.- Volvió a reírse divertido.- Seguro que Ninomiya-sama ha encontrado algo en ti. ¿Has terminado?- Miró el plato de Ohno que estaba a medio comer.- ¿No tienes hambre?

-Es que… aún estoy nervioso.- Susurró y dejó el cubierto en el plato.

-Esta noche tendrás que comer.- Aiba se levantó se la mesa e hizo que Ohno hiciese lo mismo.- Si Ninomiya-sama te encuentra desmejorado será él mismo quien te dé de comer.- Volvió a reírse suavemente y agarró el brazo del castaño tirando de él hacia la salida del comedor.

-¿A dónde vamos?- Preguntó Ohno curioso mientras se dejaba guiar por el mayor.

-Pues te voy a enseñar los jardines, ¿qué te parece?- Sonreía ampliamente sin dejar de caminar.- Lo bueno de estar aquí es que puedes ir a donde quieras. No siempre Ninomiya-sama hace esas reuniones para elegir con quien acostarse.

-¿No? Pensaba que las hacía todas las noches.

-Creo que la de ayer era para presentarte a los demás concubinos.- Explicaba.

-Y… las dos mujeres que iban conmigo no fueron presentadas.- Frunció levemente el ceño.

-Cierto.- Se rascó la cabeza al no entender la reunión.- Entonces no entiendo el por qué.- Volvió a reírse, divertido.

-Aiba-san se divierte con todo lo que me pasa.- Ponía morritos.

-Quita el san Oh-chan, ¿te puedo llamar Oh-chan?- Puso una de sus mejores sonrisas y Ohno asintió feliz de tener un amigo en aquel lugar.

-Aiba-chan.- Dijo, sonriendo también y abrió en demasía los ojos al ver los jardines. Eran igual de maravillosos que el palacio en sí.

-¿Te gusta? Para mí es uno de los mejores lugares. Además, hay un montón de animalillos.- Tiró de nuevo de Ohno hacia el interior de los jardines.- Y, si tienes suerte, puedes encontrarte con Ninomiya-sama.- Le guiñó un ojo y Ohno se sonrojó mirando las flores de miles de colores.

-¿T-También pasea por aquí?- Preguntó, curioso y nervioso a la vez.

-Sí, creo que también le gusta pasear por aquí. Es relajante, ¿no crees?- Miró a Ohno y cogió una flor, dándosela al castaño.- Sinceramente, Oh-chan es el más precioso de todas las flores.

-¡Aiba-chan!- Se puso rojo como un tomate y escuchó la risa burlona del mayor y Ohno no pudo más que sonreír levemente.- Tonto…

-Oh…- Dijo de pronto Aiba que miraba al frente, sonriendo.

-¿Qué pasa?- Pero se dio cuenta nada más terminar la pregunta. Enfrente de ambos se hallaba Ninomiya que pasaba sus dedos por las flores de forma delicada.

-¿Debería dejaros a solas?- Le susurró Aiba en el oído al castaño.

-N-No digas tonterías.- Sintió como Ninomiya levantaba la mirada y daba con la de Ohno que aún estaba sonrojado. El moreno sonrió al verle y se acercó a los dos.

-¿Paseando por mis jardines?- Preguntó sonriendo de medio lado sin apartar la vista de Ohno que miraba la flor que le había dado Aiba.

-Quería enseñarle a Oh-ch… a Ohno-kun, los jardines.- Dijo Aiba sin dejar de sonreír al ver como su señor no apartaba su mirada del castaño.

-Y… a Satoshi ¿le gustan?- Ohno sintió un escalofrío cuando los dedos de Ninomiya acariciaron su frente, quitándole el pelo de ahí para colocárselo tras su oreja.

-S-Son preciosos, s-señor…- Dijo en un susurro, muy sonrojado.

-Cuida de él, Masaki.- Por fin apartó la mirada de Ohno para dirigirse a Aiba y así el castaño pudo observar a Ninomiya. Soltó  un suspiro al encontrarlo tan atractivo con el yukata oscuro, resaltando la blancura de su piel y el pelo negro. Se mordió el labio cuando casi dice sus pensamientos en voz alta.

-No se preocupe Ninomiya-sama. No le pasará nada mientras esté conmigo.- Se inclinó un poco hacia su señor y luego éste volvió su vista a Ohno que sintió otro escalofrío al ver directamente en los ojos marrones de Ninomiya.

-Esta noche nos veremos Satoshi.- Le susurró y se acercó un poco a él, besando su frente para luego acercar sus labios a su oído.- Pienso terminar lo de ayer…- Se sonrojó ante el susurro y miró de reojo a Aiba que no podía escuchar lo que su señor le estaba susurrando al castaño.- esta vez sin ningún tipo de interrupción.- Besó ahora su cuello y se irguió de nuevo.- Ya nos veremos.- Sonrió a ambos y se alejó por donde Aiba y Ohno había venido.

-¿Qué te ha dicho?- Sonrió más Aiba al ver el rojo en las mejillas de Ohno.

-Q-Que….hoy….t-terminará lo de ayer.- Susurró muy flojito y avergonzado.

-¡Lo sabía! Parece que sí que eres muy especial para él.- Soltó una carcajada y acarició la espalda de Ohno con suavidad.- No te preocupes, Ninomiya-sama nunca hace nada que no quieras.- Empujó un poco la espalda del castaño para comenzar a andar de nuevo.

-S-Si no quiero que hagamos nada… ¿q-quiere decir que no me hará nada?- Preguntó nervioso y con el estómago encogido al saber que aquella noche no podría librarse.

-Exactamente, aunque te digo que… hará que quieras.- Le guiñó el ojo, volviendo a la zona del harén de Ninomiya.- ¿Quieres ir al lago? ¡Puedes pescar si quieres!- Ohno asintió con la cabeza. Pasó toda la tarde en compañía de Aiba, sintiendo el nudo en su garganta hasta que cayó la noche y, Sakurai vino a buscar a Ohno a su cuarto. Supo que esa noche sería la que se entregaría a su señor.

5 comentarios:

  1. Me gustaron mucho tus fics ojala publiques mas!!!

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  2. ¡lo haré! ¡Lo prometo! al menos terminar los que he empezado xD

    ¡Gracias por comentar!

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  3. ahhhh q lido me gusto mucho !!!

    wow voy a esperar la continuacion, esta interesante !!!!

    gambatte !!!

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  4. Me encanta !!!!!!!!! ahhhh quiero continuacion !!!

    muchas pero mucha inspiracion !!!!

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  5. ¡muchas gracias! ya he posteado el tercer capítulo e intentaré seguir escribiéndolo, que ponerse ¡es difícil! xDDD muchas gracias por comentar de verdad >__< al menos sé que escribo para alguien xDDD

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