viernes, 18 de junio de 2010

Título: Sin miedo
Pareja: Ohmiya
Rating: NC-17



 No sabía cuánto tiempo llevaba en aquella casa, solo sabía ir al patio interior donde dibujaba durante un rato hasta que uno de aquellos señores en traje lo llamaban interrumpiendo su tarea. Lo llevaban a una habitación, cuando no le hacían tener que cambiarse y allí se encontraba con el líder de aquel clan yakuza, Ninomiya Kazunari.

Sentado en un sillón al pie de la cama, leía concentrado unos papeles. Cerraron la puerta tras él, dejándolos solos en aquella habitación. Ninomiya al escuchar el sonido de la puerta, elevó la mirada clavándola en él que se movió incómodo en el sitio.

-Satoshi.- Susurró con voz ronca haciéndole un gesto para que se acercase, sentándolo en sus piernas. Dejó los papeles en un lado y lo acomodó mejor en su regazo.- ¿Me has echado de menos?- Sonrió de medio lado, levantándole suavemente la camiseta para acariciarle la piel con los dedos. Ohno en respuesta miró para otro lado sabiendo que el día anterior había sido el mejor desde que, en contra de su voluntad, lo encerraron en esa casa solo porque a aquel yakuza le había gustado su cuerpo, deseándolo hasta tal punto que logró a través de chantajes sacarlo de su casa dejando a su madre llorando desolada detrás.- Me lo tomaré como un sí.- Dijo en su oído, mordiendo el lóbulo de su oreja.- Recuperaremos el día de ayer.- Sonrió maliciosamente. Subió su mano al pezón del menor, pellizcándolo.- Te lo haré tan fuerte que no podrás levantarte mañana del dolor.- Susurró haciendo temblar a Ohno que cerró los ojos en un vano intento de que el tiempo pasase más rápido, queriendo que terminase.

Nino hizo que se levantase y le quitó la camiseta, acariciando su pecho con pasión, recorriéndolo con los dedos mientras le susurraba toda clase de obscenidades al oído. Ohno se dejaba hacer e intentaba que de sus labios no saliese nada que le hiciera entender al yakuza que lo estaba disfrutando. Nino adentró sus manos por debajo del pantalón de Ohno, apretando con ambas su culo, pegándolo así más a él. El más joven se mordía el labio para no gemir mientras que el yakuza, mordía con suavidad inusitada su cuello.

-Satoshi…-Susurró en su oído.- déjame… escuchar tu voz…-Con eso, Ohno entreabrió los labios, gimiendo flojito, no queriendo enfadar al moreno.- Adoro tu voz.- Mordió su mandíbula, bajando y dando pequeños besitos por su cuello.

-Ninomiya-sama.- Dijo en un pequeño susurro, gimiéndolo. Subió un poco sus manos, apretando la chaqueta del yakuza por su espalda.

-No sabes lo caliente que me pones.- Seguía con esa voz ronca que aunque le pesase a Ohno, le gustaba y le hacía temblar de placer con cada palabra pronunciada. Se separó de él de pronto y se sentó en el filo de la cama, mirando con deseo a Ohno que no sabía bien a dónde dirigir su mirada.- Satoshi…- Le llamó sonriéndole de medio lado.- Quiero que uses esa lengua.- Se mordió el labio recorriendo al menor con la mirada. Abrió las piernas un poco invitando a que Ohno se arrodillase entre ellas.

Con manos temblorosas comenzó a desabrocharle el cinturón sabiéndose observado por  Ninomiya. Acarició el bulto con la mano por encima de los pantalones escuchando al yakuza gemir roncamente ante la acción. Desabotonó el pantalón y bajó la cremallera con suma lentitud, sabiendo lo que vendría después. Abrió como pudo el pantalón dejando a la vista la más que visible erección del mayor. Se acercó un poco, sacando la lengua, pasándola por el bulto sintiendo un leve temblor en el cuerpo del yakuza. Mordió su miembro por encima de la tela, succionando un poco y volver, segundos después, a pasar su lengua. Se sobresaltó cuando el yakuza acarició su mejilla con suma dulzura y un extrañado Ohno intentó concentrarse en la tarea en su miembro. Bajó un poco sus bóxer, liberando al yakuza y logrando que se sonrojase al ver la erección de éste. Con timidez se acercó a él, repartiendo besos por la longitud.

-Satoshi…- Gimió su nombre al sentir sus labios, acariciando su cabeza con lentitud. Le quitó el flequillo de la frente a Ohno volviendo a confundirle la acción por la dulzura que Ninomiya transmitía en ese encuentro, muy distinto a los anteriores en los que solo pensaba en el placer ignorando cómo se sintiese el menor.


Reanudó los besos, llegando a la punta que succionó lentamente guiando sus atenciones por los gemidos del yakuza. Pasó su lengua por la cabeza de su miembro, imaginándose que era una piruleta y agarró la base con la mano al metérselo en la boca, intentando adentrarlo completamente en ella y comenzar un suave vaivén.- Más…Satoshi…- Colocó su mano en la cabeza de Ohno, siguiendo el ritmo que éste marcaba con su boca, sintiendo como apretaba sus labios alrededor de su miembro.

Succionó la punta de nuevo, concentrado en que el yakuza siguiese gimiendo por su boca. Mordió con suavidad alrededor de su miembro, pasando la lengua después para volver a metérselo en la boca, moviéndola con rapidez, succionando a la vez. La mano de Nino apretaba su cabeza que se movía con velocidad hasta que la otra mano que seguía en su mejilla le hizo parar cuando elevó su cara hasta sus labios, besándole con pasión, adentrando su lengua en la boca de Ohno, jugando con la de él mientras que se deshacía de los pantalones del joven con habilidad, haciendo que se sentase encima de él a ahorcajadas. Colocó sus manos en su culo, apretándolo contra él intentando así rozarse con Ohno. Se separó de sus labios  para darle besitos por la mandíbula al joven.

-Coge el lubricante, Satoshi.- Susurró con voz ronca en su oído. Ohno obedeciendo al yakuza, se levantó un momento mientras que éste se desnudaba por completo. Cogió el bote de lubricante y se subió a la cama a la vez que se deshacía de la ropa que le quedaba. Nino miró su mano y cogió el lubricante y tiró a un lado el preservativo. Ohno se había percatado de que el yakuza se comportaba de forma extraña y ahora que había tirado el preservativo, no tenía la menor duda de que estaba diferente.- Sube.- Le ordenó haciendo que Ohno volviese a sentarse encima de él.

Acarició el pecho de Nino, cayendo en el placer del momento. El yakuza volvió a besarle con desesperación, dejando a Ohno que le acariciase. Movió su cadera mientras pegaba la del joven contra la suya, rozándose, haciéndole gemir dentro del beso. Se echó bastante lubricante en los dedos, acercándolos a la entrada y acarició con suavidad sintiendo como el cuerpo de Ohno se tensaba bajo el roce, gimiendo.

-¿Te gusta?- Preguntó dentro del beso, recibiendo un gemido como respuesta. Seguía acariciándole con los dedos, adentrado un dedo con lentitud, metiéndolo y sacándolo por completo una y otra vez.

-Ah…m-motto…- Dijo entre gemidos Ohno, moviendo su cadera  contra su dedo notando como el yakuza adentraba otro más en él. Separó sus labios, mordiendo su cuello a la vez que movía sus dedos con velocidad en su interior, disfrutando de los gemidos del menor, arrancándole a él otros cuantos.

-Satoshi… no puedo…ah…esperar a estar…en ti…- Pegó a Ohno más a su cadera, gimiendo con cada movimiento de la del menor y arrancándole gemidos ante la fricción de ambos miembros. Sacó los dedos volviendo a acariciar su entrada para adentrar ahora tres hasta el fondo, escuchando gemir roncamente a Ohno.- Prepárame…- Le susurró, moviendo su cadera contra él.

-S-Sí… - Le dijo el menor en voz muy flojita cogiendo el lubricante aún temblándole las manos, echándose en las palmas. Acariciaba su miembro con las manos, repartiendo bien el lubricante a la vez que lo masturbaba suavemente. Gimió roncamente cuando el yakuza engarrotó sus dedos en su interior, dando en ese punto de su interior haciendo que su cuerpo temblase de placer.- N-Ninomiya-sama…

-Dios, Satoshi… -Llevó la mano a la barbilla de Ohno, acercándolo de nuevo a sus labios, besándole con suavidad mientras sacaba los dedos de su interior lentamente. Colocó la mano en la espalda del castaño, tumbándolo en la cama, quedando él encima del joven. Acarició su cuerpo con las manos, recorriéndolo, mordiéndose el labio ante la visión erótica de Ohno.- te adoro… -Le susurró en el oído, agarrando los muslos del menor, acariciándolos. Con una mano guió su miembro a la entrada de Ohno, adentrándose en él con suavidad y lentitud no queriendo hacerle daño.-  ¿estás…bien? -Preguntó mientras dejaba al joven acostumbrarse a él.

-N-Ninomiya…s-sama…- Le dedicó una mirada confusa, no entendiendo aún el por qué de tanta dulzura, nunca había sido así con él.- y-yo… e-estoy bien… -Le susurró con voz ronca, moviendo su cadera suavemente contra el yakuza, instándole a moverse.- p-por favor… - le rogaba con la mirada.

-Quiero… que me llames…de otra forma…Satoshi… -Le susurraba en el oído, besando por debajo de su oído comenzando a moverse lentamente dejando que la entrada se acostumbrase a su miembro.- quiero… que gimas… mi nombre… -Ohno apretó la espalda de Nino con las manos al escucharle, gimiendo ante las cortas embestidas.- Kazu… -le sugirió el mayor, mordiendo su oreja.

-K-Kazu… -Obedeció al yakuza, sonriendo inconscientemente, gimiendo otra vez su nombre al sentir como el mayor aceleraba el ritmo de las embestidas, haciéndolas más largas y profundas.

-Ah…Satoshi… me encanta… escucharlo… -Bajó sus labios a su cuello, besándolo y mordiéndolo para después dejarle una buena marca en la base al succionar con pasión cuando el menor gimió su nombre de nuevo, esta vez roncamente al dar directamente en su próstata. Siguió con ese tipo de embestidas, intentando dar siempre en ese punto, apretando con fuerza las sábanas al gemir con fuerza cuando las uñas de Ohno se hincaban en su espalda con cada embestida.

-Ah…m-más…K-Kazu… -Echó la cabeza hacia atrás gimiendo con fuerza, sintiendo su voz ronca por gemir tanto y más cuando la mano del mayor comenzaba a masturbarle intentando seguir el ritmo de las embestidas. Movía su cadera a la vez que el yakuza siguiendo el ritmo que éste marca. Su cuerpo temblaba bajo el mayor, gimiendo sin parar. Los labios de Nino buscaron los de Ohno, juntándolos en un dulce beso al principio pero convirtiéndose en uno más pasional conforme el clímax se acercaba a ambos.

-Dios…Satoshi… -Gemía su nombre contra sus labios cada vez que el menor hacía lo mismo ante las fuertes embestidas.

-N-No creo que…-No podía terminar la frase ya que los gemidos se agolpaban en su garganta, no permitiéndole hablar.

-Vente Satoshi…gime mi nombre… -Se separó de sus labios para susurrárselo al oído, haciendo temblar a Ohno que sin previo aviso se vino, haciéndole caso al yakuza, gimiendo como nunca antes su nombre. Ninomiya sintió una oleada de placer recorrer su cuerpo al escuchar al menor, gimiendo también su nombre y viniéndose en su interior cuando éste lo apretaba alrededor de su miembro.- Te amo… -Le susurró en su oído haciendo que Ohno abriese los ojos desmesuradamente sin creerse lo que estaba oyendo.

-¿Qu-Qué? –Preguntó, fallándole la voz, mordiéndose el labio para contener las lágrimas que luchaban por salir.

-Te amo Satoshi… desde…el primer momento en que…pisaste este edificio… -Lo miró, acariciándole la mejilla, sonriéndole.-Entiendo… que después de todo lo que te he hecho…tú… me odies… pero es que… quería mantenerte conmigo… -Acercó sus labios a los de Ohno que no respondió, al estar aún en shock.- Te amo…con locura… -Suspiró, dispuesto a salir de su interior pero una mano en su brazo lo paró.

-N-Ninomiya-sama… n-no será un juego… ¿verdad?- Sabía que le temblaba la voz pero, esa noticia había hecho que su corazón se acelerase y que miles de maripositas molestas se moviesen en su estómago no permitiéndole apenas respirar.

-Nunca te he mentido… -Le sonrió dulcemente.- no es un juego… solo quería que lo supieses y que, no me daré por vencido… -Volvió a besar sus labios, sintiendo como Ohno respondía levemente.

-¿P-Puedo…amarte…yo?- Le preguntó no muy seguro, sintiendo las lágrimas caer por sus ojos.

-Solo si…-Se mordió el labio un segundo, mirándole llorar.- Solo si tú quieres… -Le secó las lágrimas con la mano, sin dejar de sonreírle.

-Qu-Quiero… -Le susurró, avergonzado. Abrió los ojos al sentir los labios del yakuza en los suyos, besándole de nuevo pero alargándolo más. Sus manos subieron al cuello del mayor, rodeándolo para responder al beso con la misma suavidad.-¿P-Puedo… entonces… llamarte… Kazu?- Le preguntó, sonrojado al separarse de sus labios.

-Exijo que me llames así.- Sonrió Ninomiya besándole otra vez, haciendo reír suavemente al menor.- Te amo Satoshi…

-Y…yo a ti… - Se mordió el labio, sonriendo, avergonzado, pensando en que… después de todo, su vida no era tan desafortunada como pensaba. Unos labios interrumpieron sus pensamientos, volviéndole a besar con suavidad entre suaves “te quieros” que se repitieron durante toda la noche.

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