viernes, 4 de febrero de 2011

Sweetness & Delicacy capítulo 1

Título: Sweetness & Delicacy
Capítulos: 1/?
Rating: Nc-17 normalmente
Género: Romance


Capítulo 1

Con miedo siguió a aquel que era el mercader que lo acabaría vendiendo a alguien. Arrastrando sus pies y dejando salir pequeños suspiros de sus labios, iba detrás del mayor, con paso lento. Miró el lugar con admiración, un gran palacio al estilo japonés; abrió su boca sorprendido, tropezándose al subir los escalones ya que miraba aún extasiado la belleza del lugar. Minutos después y tras haber pasado por las miradas curiosas de hombres y mujeres que, por lo que podía pensar, trabajaban allí. Llegaron a una gran sala donde un señor en yukata se encontraba sentado, tomando, entretenido el té.

-Ninomiya-sama, el mercader ha llegado.- Le dijo un hombre joven a aquel que tomaba el té, que elevó su mirada fijándola en los recién llegados. Ohno Satoshi sintió el miedo recorrerle por completo. Miró al suelo, como si fuese lo más interesante.

Ohno no sabía que hacía él allí. Desde que salieron de la casa donde vivían los esclavos y vio a aquellas dos bellezas morenas con ellos, no supo que pintaba en todo esto y ahora se sentía un completo idiota. Se acercó al mercader, escondiéndose levemente detrás de él, tapándose con el blanco yukata que llevaba, sonrojándose ante la situación.

-¿Esas son las esclavas que compré?- Se levantó con suma elegancia, mirando a las mujeres, interesado.

-Sí, señor.- Sonrió ampliamente el mercader haciendo un gesto para que se acercasen las mujeres que contorneaban sus caderas mientras caminaban hacia el apuesto joven. Ohno se sonrojó levemente, sacando la cabeza un poco para mirar un tanto cohibido.

-Son realmente preciosas.- las miró de arriba abajo, sonriendo de medio y luego dirigió su mirada al mercader, dándose cuenta de su presencia.- ¿Su ayudante?

-Para nada, señor. Este chico… - Se giró agarrando de la muñeca a Ohno empujándolo hacia delante. Miró al suelo, nervioso y sin ser capaz de mirar al dueño del palacio.- es un regalo por haber comprado tales maravillas.- Sintió como se acercaba a él y como unos dedos hacían que elevase su cara y lo miró intensamente a los ojos para recorrerlo con mirada inquisitiva todo el rostro. Pasó sus dedos por su mejilla, bajándolos por su cuello haciéndole sentir incómodo ante la situación y realmente nervioso. Deslizó con suavidad el yukata por un hombro y acarició su piel, mandándole pequeñas descargas que hacían que su corazón latiese a mil por hora.

-¿Es virgen?- Preguntó mientras le daba una vuelta sobre él mismo, parándolo con la espalda al moreno. Sonrojado se quedó quieto y sintiendo que sus nervios no bajaban, pegó un pequeño salto cuando unas manos acariciaban su culo, apretándolo suavemente.

-Lo es, Ninomiya-sama. Nunca fue tocado, ni por mujer ni por hombre.- Sonrió el mercader al ver el examen que le hacía a su mercancía.

-Está muy bien formado y es joven.- Se puso delante de nuevo del chico y sonrió de medio lado.- Me lo quedo, serás completamente mío...- Lo miró preguntando su nombre.

-O-Ohno…Satoshi.- Susurró flojito y avergonzado.

-Satoshi…- Acarició su mejilla.- bienvenido a mi harén.- Le dijo sin dejar de sonreír para darse la vuelta después y sentarse delante de la mesa y seguir tomándose el té. Ohno abrió en demasía los ojos, no creyéndose lo que había oído, ¿harén? Un ¿harén? Miró alarmado a su alrededor y al mercader que solo sonrió satisfecho ante la venta.- Mostradles sus nuevos aposentos.

Ohno miró al que a partir de ese momento sería su amo antes de salir por una puerta lateral, siguiendo a unos hombres que les iban a mostrar el camino a sus habitaciones. Los siguió en silencio y mirando al suelo, no entendiendo aún el por qué de su estancia allí. Llegaron a un edificio al lado del palacio donde la gente paseaba libremente y conversaban o jugaban. Se dio cuenta de que había personas de variedad de edades y se mordió el labio queriendo salir de allí, volver con su familia.

-Dad gracias a que este harén no es como todos los demás.- Informó el guía.- Ninomiya-sama cuida de forma especial a los concubinos o concubinas del harén, todos tienen habitaciones individuales y pueden actuar libremente dentro del palacio.-Entraron al edificio y subieron unos cuantos tramos de escaleras.- El único impedimento es que… siempre estaréis libres para cuando Ninomiya-sama quiera estar con alguno del harén, la hora que sea y con quien sea. Este es vuestro pasillo.- Les dijo a las mujeres que sonrieron felices.- Las dos del fondo a la derecha y tú…- Miró a Ohno e hizo un gesto con la cabeza para que le siguiese.- a Ninomiya-sama le gustan más las mujeres, pero no le desagradan en absoluto los hombres.- Le sonrió el hombre.- Pero, procura no hacer nada con otra persona, sentimental y sexualmente hablando.- Le aconsejó.- Ninomiya-sama es celoso con los que aprecia. Aunque por el momento, tú te libras.- Entraron a un pasillo con decorados azules y le mostró su cuarto.- Nos vemos en la noche, entonces.

-Se despidió de él y se dio la vuelta, alejándose.

Ohno suspiró queriendo echarse a llorar y entró en el cuarto. Una simple habitación con lo justo y necesario; una cama, una mesita y un armario. Supuso que los cuartos de baños serían comunitarios al no encontrarlo en su cuarto. Se acercó al armario abriéndolo y encontrando yukatas de seda, preciosos al ojo de Ohno. Cogió uno rojo con detalles en flores y se lo puso, sonriendo al sentir el suave tacto de la seda. Se sentó en la cama observando la clara habitación, alumbrada por los rayos del sol que se colaban por los cristales de las ventanas. Se acostó en la cama, cansado del largo día y en unos segundos se dejó abrazar por los brazos de Morfeo.

Unos golpes en la puerta le hicieron despertar de pronto. Se frotó los ojos acercándose a la puerta que abrió encontrándose a un señor que se inclinó levemente y le sonrió.

-Es la hora de la elección, joven.- Dijo con voz ronca y Ohno lo miró sin entender haciendo reír un poco al sirviente.- Ninomiya-sama elegirá con quien… pasar… la noche ahora.- Le dio unas cuantas palmaditas en el hombro y el joven comenzó a sentirse nervioso aunque cuando sopesó la posibilidades de que lo eligiesen a él, sabía que eran nulas ya que, seguramente eligiese a aquellas dos bellezas por las que él fue regalado.

Asintió con la cabeza y se colocó bien el yukata de seda y sonrojado siguió al sirviente hacia una sala bastante grande donde cientos de hombres y mujeres se reunían. Ohno se metió entre varios, haciéndose invisible debido a su corta altura y por lo menudo que era. Todos se arrodillaron cuando Ninomiya entró, haciendo él lo mismo sin ser capaz de levantar la mirada para enfrentar a su ahora, amo. No supo muy bien como pasó, todo fue muy rápido pero ahora se encontraba al lado de Ninomiya que lo había encontrado entre la multitud, agarrándolo posesivamente por la cintura.

-¿Nervioso?- Preguntó en su oído con voz susurrante y medio ronca, haciéndole sonrojar al menor que giró la cara hacia otro lado sin saber qué responder.- No te haré daño, seré gentil contigo.- Besó la piel de debajo de su oreja y sonrió de medio lado para luego sentir con la mano en su espalda lo empujaba hacia una puerta.

Ohno lo siguió en silencio mientras que el mayor apretaba el agarre en su cintura como si temiese que el menor se fuese a escapar. Entraron en una habitación donde yacía un futón en el suelo que miró curioso Ohno para después clavar su mirada en su nuevo amo que le devolvió la mirada con una sonrisa.

-Hoy me apetece hacerlo en un futón, ¿qué te parece?- Le preguntó mientras le acariciaba el pelo con suavidad.- Eres joven…- Ohno tragó saliva al sentir los dedos de Nino acariciándole ahora su mejilla.- tienes una piel preciosa y suave, como la de un tierno bebé…y unos labios… -Pasó el índice por su labio inferior.- invitadores.- Sonrió, acercando sus labios a los de Ohno, rozándolos suavemente pero no los besó, alejándose de ellos para sonreírle de medio lado.

El joven esclavo no tuvo otra que dejarse hacer por el noble. Dejó que comenzara a desnudarle, resbalando por sus hombros el fino yukata de seda, dejándole por completo expuesto a los ojos de Ninomiya y lo examinó con la mirada, sonriendo y dando su visto bueno al nuevo esclavo. Lo rodeó por la cintura con los brazos, pegándolo a su cuerpo mientras que Ohno miraba para otro lado, sonrojado sin saber qué hacer ni a dónde mirar.

-¿Nervioso?- Le preguntó en el oído de nuevo, bajando sus labios un poco para besar su piel mandándole pequeñas descargas de algo que nunca antes había experimentado el esclavo. Ohno asintió con la cabeza con suavidad sin ser capaz de articular palabra alguna.- No te haré daño.- Le seguía diciendo en el oído.- Sería incapaz de hacerle daño a algo tan perfecto.-Mordió con suavidad la piel bajo su oído, arrancándole un suave gemido al esclavo.

-¿Señor?- Ninomiya soltó un gruñido al escuchar la voz de uno de sus guardias y pegó al menor contra él, intentando cubrirlo con su cuerpo para que el guardia no disfrutase de la vista de aquel hermoso cuerpo.

-¿Qué sucede? Estoy ahora mismo ocupado Yaotome.-En su tono se apreciaba el enfado tras la interrupción.

-Es urgente, su esposa ha llegado de su viaje y quiere verle enseguida.- Ohno escondió avergonzado la cara en el cuello del noble que acariciaba su espalda en un gesto dulce. Ninomiya chasqueó la lengua.

-Retírate, decidle a mi esposa que enseguida estoy con ella.- Seguía apretando al esclavo contra él y cuando escuchó los pasos del guardia alejarse de allí, el mayor permitió que un suspiro saliese de sus labios.- No voy a poder disfrutar de nada.- Gruño y apartó un poco a Ohno y cogió su yukata colocándoselo de nuevo.- Disfruta de la noche, Satoshi. Por hoy te has librado de mí.- Le sonrió de medio lado y besó su frente.- Llamaré a Sakurai para que te lleve a tu habitación. Mañana, mañana será otro día.- Ohno escuchó eso último a duras penas como si el noble se lo dijese a él mismo.

Cuando llegó a su habitación, se sentó en la cama y suspiró largamente. Había sentido cosas que nunca había experimentado. Su piel se erizaba con cada caricia del mayor, de sus labios salían pequeños gemiditos que no podía ahogar y a pesar de que su cabeza le gritaba que no podía disfrutar de aquello, que el mayor solo quería su cuerpo para su propio disfrute, Ohno habría deseado que siguiese, quería sentir más de aquel placer. Quería sentir los labios de Ninomiya sobre los suyos.

3 comentarios:

  1. Amo este fic y lo sabes xDD A ver si lo sigues algún día de estos, como todos los que tienes empezados o como el de vampiros...que deberíamos seguir también xDDDD

    Love you <3

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  2. Hola ^^
    Lo ame y todos tus fic subidos lo lei desde el celu ayer y no pare hasta leerlos todo ;D
    muy bueno espero esto lo continues prontoooo

    Amo el Ohmiya ♥//♥

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  3. es que he estado entre vacaciones, estudios y exámenes no he podido subir nada, pero la semana que viene subiré alguno >.< siento mucho la tardanza y gracias por leer!

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